Por Antonio Martín
Cuando empieza a llover y una persona abre un paraguas en la parada del autobús, está realizando arquitectura. Lo mismo sucede cuando llegamos a la arena de la playa y extendemos las toallas o, cuando hartos de esperar en la cola del cine, decidimos usar la barandilla de al lado como asiento. Todos estos actos que inconscientemente realizamos en nuestra vida diaria son modificaciones del espacio público.
Sin embargo, son
muchos los ciudadanos (no sólo artistas o arquitectos) que realizan esta
transgresión conscientemente, con el fin de buscar una mejora del espacio
colectivo. Un intento por modificar el uso original de aquel espacio que, bien
no cumple con su función, bien se enriquece con la hibridación de usos nuevos.
Este urbanismo de a
pie, más fresco y real que el que se realiza en los despachos, es el tema
central del pabellón que EE. UU.
presenta en la XIII edición de la Bienal de arquitectura de Venecia. Cansados
de los arquitectos estrella y de las fallidas megaintervenciones en el
territorio, esta muestra apuesta por las pequeñas actuaciones en la ciudad que
realmente mejoran el día a día de los ciudadanos bajo el lema Spontaneous interventions.
Entre las
actuaciones que se muestran podemos encontrar el logro de los vecinos de
Queens, Nueva York. Cansados de vivir en el área con menos zonas verdes de toda
la ciudad, decidieron actuar consiguiendo que se cerrara al tráfico rodado un
tramo de la calle 78, convirtiéndola en una zona de juegos infantiles.
Otro ejemplo dentro
de la muestra guarda relación con la gran oferta de comida ambulante que se
encuentra en las calles de Nueva York, la cual no se corresponde con la escasez
de sitios públicos donde pararse a disfrutarla. Ante esta situación la
diseñadora industrial Alexandra Pulver creó Pop Up Lunch, una serie de objetos que mediante imanes o ganchos se
acoplan al mobiliario urbano convirtiendo bocas de riego o señales de tráfico
en improvisadas mesas para comer.
Las nuevas tecnologías también son una herramienta para transformar el espacio público. Basándose en un código de información a través del cual los sintecho del XIX se dejaban información sobre cada zona, la red Free Art Lab and Technology (FAT) ha creado una serie de códigos QR de descarga gratuita con mensajes como «cámaras ocultas» o «no son mujeres» para que los conocedores de cada zona dejen información sobre ella a los nómadas.
El ritmo de vida
actual en las ciudades nos lleva a realizar los mismos trayectos cada día,
conociendo una mínima parte de la ciudad en la que residimos. Para luchar
contra esto, el artista y arquitecto Mark Shepard ha creado Serendipitor, una aplicación para móviles
que se muestra en el pabellón y que pretende guiarnos por caminos nuevos
para redescubrir nuestra ciudad. Es la versión 2.0 de la deriva situacionista de
los años 60.
La falta de
vegetación en las plazas parece que no es algo único en la ciudad de Madrid.
Cansado de ver solares vacíos, el estudio de diseño COMMONstudio creó Greenaid.
Una máquina expendedora de la que mediante monedas podemos sacar las
denominadas seedbombs, bolas de
semillas, abono y arcilla dispuestas para ser lanzadas anónimamente a cualquier
terreno desocupado con el fin de convertirlo en un espacio verde.
Antonio Martín es arquitecto y miembro de TRESiYO.com
Más información:
Créditos de la imágenes:
Imagen 1: Los niños de Queens disfrutando de la transformación de la transformación de la calle 78 en parque infantil (fuente: http://www.spontaneousinterventions.org/).
Imagen 2: Una mujer neoyorkina disfruta de su comida haciendo uso de la transformación del mobiliario urbano ralizada con el sistema Pop Up Lunch (fuente: http://www.spontaneousinterventions.org/).
Imagen 3: Un ciudadano deja información sobre la zona a los potenciales turistas mediante un código QR serigrafiado en el suelo (fuente: http://www.spontaneousinterventions.org/).
Imagen 4: Trayecto entre dos puntos de nueva York propuesto por la aplicación de móvil Serendipitor (fuente: http://www.spontaneousinterventions.org/).
Imagen 5: Proceso de transformación de un espacio urbano en zona verde mediante la utilización de las Seedbombs (fuente: http://www.spontaneousinterventions.org/).
1 comentario:
Es interesante este tipo de apropiación que realiza cualquiera sobre la ciudad, pero hay que tener cuidado con la capacidad de los estadounidenses de convertir en frívolo todo lo que tocan. El último artículo de Anatxu Zabalbeascoa habla sobre este tema y sobre la Bienal con una mirada crítica muy contemporánea:
http://cultura.elpais.com/cultura/2012/09/11/actualidad/1347388879_883067.html
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