NEGOCIACIÓN URBANA / Villa El Salvador + 2 problemas

por iñaki romero fernández de larrea

por Iñaki Romero Fernández de Larrea Para evitar definir un concepto tan complejo como difuso, voy a escudarme en un curioso ejemplo histórico que espero nos ayude a entender problemas y situaciones reales que la negociación urbana implica y así aprender de los aciertos y errores que otros cometieron.

VES

Vista aérea actual de Villa El Salvador

A lo largo de la segunda mitad del siglo XX Lima, la capital de Perú, ha sufrido, como otras ciudades de Latinoamérica, un crecimiento extraordinario de más de 10 veces su población. En este contexto de una ciudad sin capacidad para gestionar su expansión, llegaron a ella miles de campesinos buscando una oportunidad. En mayo de 1971 una oleada de invasiones obliga al gobierno militar a intervenir en la zona alta de Pamplona en Lima. Las miles de personas son trasladadas a un arenal al sur de la ciudad que se llamará Villa El Salvador, el lugar se lotea ordenadamente y se conservan áreas para el ocio, el comercio y la industria . Los pobladores, 100.000 al cabo de un mes, comienzan a organizarse para poder conseguir los servicios mínimos de agua y luz que el Estado solo no puede proporcionar.

inicio

Invasores en Lima en 1971

La organización comunal de Villa el Salvador está inspirada en la comunidad campesina, los sindicatos y la organización territorial cubana. Se organizan en la CUAVES (Comunidad Urbana Autogestionaria de Villa El Salvador). La gestión de los dirigentes y la participación de los pobladores instalados por Sectores, a través de Grupos Residenciales y manzanas, logran la construcción de sus locales, la arborización de parques, calles y avenidas, la salud, la educación, etc. Dicha gestión urbana y participación ciudadana han significado la obtención de algunos premios, como el ‘Príncipe de Asturias de la Concordia’ en 1987.

El proceso de negociación urbana aquí descrito parece un ejemplo de consumación de la voluntad colectiva en la consecución de una situación urbana de mayor calidad, al menos aparentemente. La realidad es que actualmente Villa El Salvador continúa siendo un barrio informal de más 400.000 personas, en el que casi el 30% de la población se encuentra en situación de pobreza y un 6% en situación de pobreza extrema. Y donde la política territorial y la inversión económica han pasado de largo, como en casi todos los pueblos jóvenes de Lima.

VES hoy

Estado actual del barrio

La moraleja de este pequeña historia es que una fortísima voluntad social y buen trabajo técnico no son, lamentablemente, herramientas suficientes en la aventura de la negociación y el proyecto urbanos, aunque sí necesarias. http://habitat.aq.upm.es/boletin/n4/aauri.html http://www.amigosdevilla.it/

+2 problemas

Tratando de completar vuestras muy acertadas interpretaciones, quería introducir tan sólo un par de conceptos que creo han de ser fundamentales cuando pensemos en los ‘negocios que gestionan el territorio’. Así, de paso introducimos algo de polémica, ingrediente vital en toda discusión fructífera.

0. A menudo la ideología eminentemente imaginativa del arquitecto impide entender el papel fundamental que el marco político y económico representa en esta negociación.

1. Desde el punto de vista económico, nos guste o no, el sector de la construcción y de las obras públicas posee o, más bien, poseía casi un 40% del peso de la economía española, y era el negocio más rentable para grandes bancos e inmobiliarias. Eso significa que no se puede ignorar que la negociación urbana, no sólo busca conseguir una ciudad mejor, sino que también ha de satisfacer las voraces fauces de la industria inmobiliaria.

2. Por otro lado también pertenecemos a un sistema político que, aunque de gestión modificable, posee unas reglas intrínsecas inamovibles nada cómodas para la negociación. Los intereses de la Administración no siempre coinciden con los de la Ciudadanía, ¡y eso que teóricamente son sus representantes!, ya que las presiones económicas, ideológicas o de interés netamente partidista coartan la determinación de los primeros, que a la postre poseen, como bien dice Jon, toda la capacidad de decisión.

1+2= La conclusión de estas dos ideas no es desalentadora, sino más bien reveladora. Aquel que sea capaz de manejar adecuadamente los intereses políticos y económicos tendrá ganado el éxito de la negociación urbana, ya que en comparación, la voluntad de la ciudadanía y su participación, la adecuación técnica del proyecto y el respeto del medio ambiente son posturas más familiares, más honestas y finalmente más fácilmente aplicables.

Algunas ciudades del centro y norte de Europa han demostrado cómo aunar voluntad ciudadana, inversión privada, interés político y sobre todo calidad urbanística y medioambiental:

Vauban, Friburgo. Alemania.

Hammarby Sjostad, Estocolmo. Suecia.

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4 comentarios

Jon Aguirre Such 15 septiembre, 2009 - 10:05

Evidentemente tanto la calse política como el sector inombiliario son dos de los factores fundamentales sobre los que se sustenta la actividad urbanística en España.
Creo que en ningún momento se ha negado esta situación aquí, creo que hay que ser realistas y saber que, lamentablemente, los politícos (influenciados en gran medida por el poder que tiene el sector inmobiliario y los grandes propietarios de suelo) son los que tienen la última palabra. Y muchas veces los grandes proyectos que se acometen parten de una voluntad de un político determinado en dejar huella en la ciudad, como si de un faraón se tratara. En el caso de Madrid tenemos ejemplos de lo más flagrantes (¿calle? 30, Paseo Prado-Recoletos…).

Precisamente creo que los técnicos tenemos que ser conscientes de esta situación y hacer que juegue a nuestro favor. SUpongo que hay que reivindicar más la figura del arquitecto surfero que diría Koolhaas:saber detectar las inercias de un sistema para aprovecharlas en la consecución un buen proyecto urbano. En eso los holandeses son muy buenos.
Tal vez la tralsación a la piel de toro sea más complicada, pero creo que también ofrece más oportunidades. Por otra parte creo que hay que concienciar a la gente, a los ciudadanos, que ellos también tienen algo que decir en las decisiones que se toman y que afectana su ciudad. El poder para el pueblo tiene que tomar mayor relevancia que nunca.

En cuanto al ejemplo que pones pues bueno, supongo que es muy dificil desarrollar este tipo de tentativas en unas condicones tan extremas. Una buena negociación urbana requiere de una gran cantidad de medios (aunque muchos menos que los que requiere acometer ciertos proeyctos faraónicos) ya lo viste en La Mina. Además creo que el problema que comentas traspasa los umbrales de la negociación urbana y apunta más a cuestiones mucho más globales como puede ser el modelo económico mundial.

Ramiro 15 septiembre, 2009 - 19:32

Como dice Jon la negociación urbana es a veces "un concepto como mucho más global": se puede utilizar para saludar, para cuando te devuelven mal e incluso en plan hermandad!!! Bromas a parte, muy interesante todo lo que comentas, me ha gustado el punto 0, jeje.

Ana Vida Pozuelo 16 septiembre, 2009 - 12:56

Estoy de acuerdo; cada vez más, hay que saber manejarse entre políticos e inversores privados, sin ellos no se hace ciudad, desgraciadamente. En este proceso es muy importante el uso de los medios de comunicación para establecer una discusión que englobe a todas las partes y sea pública, además sabemos que la presión a través de los medios de comunicación es mayor.p

iñaki romero fernández de larrea 17 septiembre, 2009 - 03:14

eso es, surfeando en el sistema, surfeando en los medios de comunicación!

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