por Ana Vida Pozuelo 
Recientemente ha sido aprobada la “ordenanza de medidas para fomentar y garantizar la convivencia ciudadana en el espacio publico de Granada”. En ella se regulan las diferentes actividades que pueden o no tener cabida en el espacio público de esta ciudad. A partir de ahora, hacer música, mimos, malabares o cualquier otro tipo de espectáculo callejero deberá ser autorizado por el Ayuntamiento (art. 20 puntos 3 y 4) y, por consiguiente, previsto con bastante antelación. También se prohíbe la práctica deportiva en el espacio público, salvo autorización expresa del Ayuntamiento, y la práctica de acrobacias o juegos de habilidad con patines, monopatines o bicis fuera de las zonas específicamente habilitadas para ello (art 46 puntos 1,2 y 3). La mendicidad (art.50) se restringe y se prohíbe la prostitución (art.54). En los parques y jardines, por otro lado, debe evitarse el uso de aparatos sonoros o de juego (art 83.2.3).
El objetivo principal de esta ordenanza es preservar el espacio público como lugar de convivencia y civismo. ¿Es posible “preservar” el espacio público si en el mismo no se puede jugar, vivir, cantar, bailar, hacer arte…? ¿Un lugar de convivencia no debería de ser aquel en el que sus usuarios o habitantes se pusiesen de acuerdo sobre las normas que han de seguir? Y estas normas, ¿no deberían ser flexibles y capaces de absorber y adaptarse a distintos usos en cada momento? Poco a poco, el espacio público va perdiendo sentido como lugar de encuentro, de intercambio de experiencias, donde procesos espontáneos generan actividad, arte, ocio…para convertirse en lugar de paso, lugar planificado, restringido, en donde el gobierno de la ciudad decide qué hacer y cómo hacerlo.En Granada estas restricciones han generado gran polémica. Los artistas callejeros se han manifestado y han creado la web“el delito del arte” donde expresan su desacuerdo con la ordenanza.
3 comentarios
Muy buena pregunta, aunque más bien habría que preguntarse ¿a quién en Granada le molesta que se use el espacio público y por qué? pues no creo que a la mayoría de granadinos les moleste disfrutar de sus plazas, jardines y parques… que con esas nuevas normas más que usarlo se deberá pasar de puntillas!!!!
el caso es que la ordenanza se ha hecho sin participación de los habitantes y a restringido de tal manera todo lo que puede hacerse en el espacio público que no deja lugar a la espontaneidad, un factor que considero esencial para vivir estos lugares…
Desde luego es lamentable que este tipo de iniciativas políticas vayan tomando relevancia…El esapcio público debería ser como bien inidcas un lugar de intercambio, relación y expresión de los ciudadanos. Si al espacio público le desprendemos de sus atractivos, qué nos queda? Vacíos inertes en la trama urbana? Es una manera de empujar a la gente a que se quede en casa?